Al final cambie la esperanza por la fe

Había conocido el Reiki, lo había recibido y lo había dado también. Los cinco principios te permitían hacer un cambio de pensamiento y a ver las situaciones desde otra perspectiva, yo iba haciendo mis cambios personales poco a poco, y es que los cambios espirituales nos toman cierto tiempo, dejar ciertas creencias, integrar nueva información a la vida, la paz que vas encontrando en el camino te anima a seguir, sin embargo hay reconocer que para conectar con lo mejor de ti hay que limpiar el camino y sacar las sombras, muchas veces acompañadas de sentir con profundidad aquello que te hizo daño, sentirlo para dejarlo ir, por lo que muchos momentos de soledad, y con este crecimiento sutil mi vida social se hizo más escasa, aprender a estar sola y disfrutarlo también es aprender a aceptarte y amarte. Adaptarme al tratamiento de terapias físicas hasta que es dolor físico iba cediendo. Entendí que el dolor físico era un reflejo de mi dolor emocional, de algo que no había querido ver, que mi cuerpo me estaba hablando y yo había decidido escucharlo, entenderlo y aceptarlo, así un día el dolor se físico se fue.

 El año estaba cerca de finalizar, uno de mucho aprendizaje, mi padre se había ido, mi mascota igualmente. Me había convertido en un buscador de respuestas al dolor de la perdida, a ese dolor que no se calmaba con analgésicos. Ya iniciado mi camino en la espiritualidad, cambie la pregunta ¿Por qué esta situación? a ¿Para qué esta situación?

Y llego el fin de año, deseaba que terminara ya!!!!! Y a diferencia de otros años, esta vez busque la calma en el regazo familiar, viaje a ver a familiares que no veía en mucho tiempo, eso era a la vez volver a un lugar donde significaba sanar heridas del pasado amoroso, hablar de la historia que no se contó sobre mi divorcio. Resultó ser un viaje muy sanador donde encontré el soporte amoroso familiar que no esperaba y donde no lo esperaba. Hice conexión con mi verdadero deseo del alma y siendo fin de año esta vez pedí mi deseo desde el corazón, esta vez desde lo más profundo y sincero y deje caer esa imagen de ser siempre la fuerte, me permití esta vez ser yo quien reciba y no quien daba, y es que no había notado cuanto me costaba recibir amor, escucha, ternura, siempre estaba dando y dando. Puedo decir que perdoné y me perdoné, me sentí merecedora de todo lo bueno, comprendí que había dolido mucho era hora de soltar peso emocional, caretas, sentí desde lo más profundo ese dolor para por fin dejarlo ir. Así terminaba ese año, ese ciclo, lo sentí muy duro, pero a la vez muy liberador.  

Un nuevo año iniciaba y yo esta vez, cambié la esperanza por la Fe. Ahora había ganado cierta sabiduría, la que te deja la experiencia de los momentos dolorosos y como le encuentras sentido a lo que viviste, tenía el Reiki  y un camino que recién empezaba.

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