Conocí al Reiki cuando mi corazón estaba roto

¿Si soy una buena persona por qué siempre me rompen el corazón? 

Es la pregunta constante que me surgía después de las rupturas amorosas, habiendo pasado por un divorcio y algunas decepciones en el amor, y no dejaba de preguntarme” ¿por qué a mí? «

¡ Tengo mala suerte en el amor ! , «Me tocan los malos , los rompecorazones son los que llegan a mí»,  pensaba yo ☹

Con el estrés del trabajo me era usual tomar masajes. Una mañana de sábado durante una sesión y la acostumbrada charla con la masajista (la señora Irma, a quien ya llevaba unos años conociendo y tenía mi confianza), le iba narrando mi «mala suerte amorosa » y me dijo con contundencia: «No llegan a ti esos descorazonados, tú los atraes “, ¿“Yo?, aquí yo soy la víctima » Pensé.  Y bueno me dijo que me recomendaba con una amiga suya reikista y que además canaliza con ángeles, «ella te va ayudar» me aseguraba.

¿Reiki? Me quedé pensando … Ahhhh si alguna vez me hicieron y no fue lo que yo esperaba, recordé…Pero tal vez ahora es mi momento y puede ser diferente ¿no?, me dije.

Pasé unos días pensando en esa incomoda conversación (¿Es que yo los atraigo? entonces, ¿Que estoy haciendo mal?), esto había llamado mi atención. Por primera vez en toda mi vida empecé a revisar mis experiencias esta vez con conciencia

Bueno finalmente hice la cita con Luz, una Reikista maravillosa, una señora que con mucho amor me acogió en una conversación que iba fluyendo desde el corazón, como dos amigas que se habían reencontrado. Me escuchó desde el corazón , no me sentí juzgada 😊

Hablamos de mi supuesta mala suerte amorosa, me iba explicando la esencia del Reiki, “La Energía Universal “, que todo es energía y que nosotros como seres humanos también lo somos, atrayendo a nuestra vida diferentes aprendizajes muchas veces desde las carencias y vacíos en nuestro interior que deseamos llenar de manera inconsciente, y eso tuvo mucho sentido para mí.

Pasamos a la sesión de Reiki , acostada con los ojos cerrados con música de fondo que me invitaba a relajarme , me entregue a la experiencia , iba sintiendo una energía bonita  llegando a mi cuerpo a través de un calor en sus manos . Definitivamente esta vez era diferente, había experimentado una paz interior al punto de quedarme dormida, desconectada del estrés y ciertamente aliviada de ese corazón roto que sentía llevar dentro.

Así pasaríamos algunas tardes, donde en algún momento durante unas pocas sesiones, pude lograr ver colores, otras veces imágenes de lugares donde nunca estuve (pero luego reconocería en mi primer viaje en soledad) y otras simplemente una paz que solo me relajaba.

Durante las sesiones Luz me iba explicando que de nada servían muchas sesiones si las personas no hacían un cambio interior, esto significaba trabajar en ser una mejor persona, ser nuestra mejor versión, lo importante que es reconocer nuestro amor propio, el amor que guardamos dentro, muchas veces para otros y nos lo negamos a nosotros mismos. Esto me llevaba a hacer lentamente un cambio de pensamiento, cambiando mi mirada hacia los demás y la manera de percibir lo que nos rodea.